martes, 13 de diciembre de 2011

Rondó Adafina. Una sopa sefardí en siete movimientos.

















1.

Rondó Adafina es el texto con el que gané el premio literario Fundarte, mención dramaturgia, en 2002. Es una de mis óperas transatlánticas, un esfuerzo por inventarme una forma de teatro musical a partir de la multiculturalidad.

La acción narra el viaje de un personaje ficticio, Haím Benatar, desde Marruecos, en el siglo XV, pasando por Sefarad, Portugal, Holanda, Brasil y Curacao, hasta llegar a la Venezuela del siglo XX. Es un viaje que ilustra el recorrido de los judíos sefardíes a estas tierras. Los múltiples encuentros de culturas que se han producido en ese devenir están expresados en la música y la comida (preparada durante la obra) que forman parte esencial del espectáculo, junto a este texto.

Más allá de la historia de Haím Benatar, o la de los judíos de Coro, nos interesan las claves universales que estas nos develan y que les dan vigencia actual: el carácter mestizo de nuestras culturas, el valor de la convivencia y la tolerancia en su formación, el papel de las minorías y de los pequeños individuos atrapados en las conflagraciones de la historia.

Este trabajo está dedicado a Pamela Howard, mi maestra y compañera de viaje, quien no solo me inspiró sino que prácticamente me obligó a escribirlo.

Pueden acceder al texto haciendo click en el siguiente enlace:

















2.



































3.


Imágenes: 1) Ruinas de la sala de oración de los judíos de Coro. 2) Eugene Delacroix, página de su diario de Marruecos con un boceto para "La Boda Judía". 3) Eugene Delacroix, "La Novia Judía". Tánger, 1832.

domingo, 27 de noviembre de 2011

AYER ZARPÓ LA NAVE DE CHACAO!


Anoche estuvimos Raymer y yo en la inauguración del Teatro Municipal de Chacao. Fue un sarao importantísimo por varias razones. Estaban los alcaldes que promovieron el proyecto. Leopoldo López, el ex que lo inició y Emilio Graterón, bajo cuyo mandato ahora se inaugura. Impecables, sonrisas blanquísimas, repartiendo abrazos y apretando manos a diestra y siniestra. Más allá de su persona política parecían genuinamente emocionados. Las palabras de Graterón, hablando del espacio de lo posible, de los sueños, de la inclusión, son un compromiso cuyo cumplimiento nos tocará exigir como artistas y ciudadanos. Las avalan el enorme esfuerzo que él y su equipo pusieron durante cuatro años para llegar a este momento feliz. Construir en este país no es fácil. En las circunstancias de una alcaldía crítica al régimen es francamente heroico.
Eso explica la mezcla de júbilo exaltado y alivio que se notaba en las sonrisas de las anfitrionas directas. Diana López, Betsy Cáceres, Gunilla Álvarez, entre las que conozco, de Cultura Chacao. Estaban radiantes! Uno espera que haber sobrevivido a las presiones, incertidumbres y contratiempos de la construcción las haya consolidado como equipo para navegar esta nave magnífica con mano certera y visión amplia.
También explica la expresión de fatiga profunda con la que los arquitectos de ODA, Oficina de Arquitectura, creadores del proyecto, agradecían a sus colaboradores. Provocaba brindarles una sopita caliente.
El público de anoche, formado en buena parte por gente de la música, la danza, el teatro, la arquitectura, vecinos del municipio, amén de los mecenas del proyecto (Banco de Caribe) y los concejales de Chacao, los premió a todos con unos aplausos felices y rotundos. No era para menos.
Nada más entrar a la sala, sentir el olor a madera y alfombra, a obra nueva, me transportó a una noche de 1983 en la que la Orquesta Simón Bolívar hizo la última prueba acústica de la Sala Ríos Reyna del Teresa Carreño. Era la noche antes de que el presidente Herrera inaugurara el teatro y la sala estaba llena de jóvenes artistas. No se de donde salió el impulso pero decidimos en ese momento y lugar que esa era la verdadera fiesta de apertura del teatro. Gritamos y aplaudimos felices, imbuidos de la trascendencia de la ocasión. Y así lo volvimos a hacer anoche.
Es que desde 1983 no se abría un espacio cultural de esta importancia en el país. Hagan memoria. Solo recuerdo la extraordinaria Sala Simón Bolívar del Centro de Acción Social por la Música. Pero esa sala de conciertos no ha sido inaugurada como Dios manda. De hecho se programa de manera casi clandestina, sospecho que por el terror que le tiene el Dr. Abreu al gobierno. Lo entiendo. Ya antes le “expropiaron” la Sala Ribas del Teresa Carreño (que hoy languidece sin bombillos en sus reflectores). Asumo que el maestro no quiere poner en peligro su legado.
Pero qué fastidio tener que hablar de miserias políticas la mañana después de una fiesta tan memorable!
La Orquesta Juvenil de Chacao demostró con un solo y certero golpe de Tchaikovski y Shostakovich, su sonoridad y la de la sala. Perfectas ambas. La textura de las cuerdas, la claridad de los metales, la sensación física de la percusión! Volamos con esos rusos y seguimos volando con la filigrana de una Fuga con Pajarillo de Aldemaro Romero, con unos solos de arpa, maraca y cuatro dignos de Paganini o Jimi Hendrix. No digo más. Fue la mejor manera de lucir el instrumento bien temperado que es la sala. O si digo. Digo que ojalá veamos en ese escenario la coreografía que hizo para esa música el gran Vicente Nebrada.
Colmó la noche Soledad Bravo, que nos unió a su voz, cálida como siempre, como un gran coro.
Afuera, una multitud que se quedó sin entrar vio todo en pantallas. A medida que salíamos por las puertas del lado oeste, ese público entraba por las del este. La sala no cerró esa noche hasta que todo el que quería entrar a verla entró y la vio. Mientras tanto, en los espacios alternos, Muu Blanco pinchó electrónica, Convenezuela joropeó, y en la Caja vimos una instalación de Julio Pacheco Rivas.
No se me ocurre una mejor manera de lanzar una nave. Teatro Municipal de Chacao: que el viento siempre hinche tus velas!


























































todas las imágenes son cortesía de ODA, oficina de arquitectura.

En una entrada anterior, "Barroco de Chacao", pueden ver una propuesta para el nuevo teatro.

viernes, 30 de septiembre de 2011


LA NOVICIA REBELDE DE CARACAS.

Es un problema interesante este de diseñar una producción de este clásico de Rodgers y Hammerstein.
Por una parte, los productores, Escena Plus, querían una novicia clásica, bella y tradicional, ubicada en los lugares y época que todos esperamos (la ciudad de Salzburgo, la abadía de Nonberg, la casa Von Trapp, la sala de conciertos del festival de Salzburgo). Había que trabajar con la expectativa que tiene una gran parte del público que vio y adoró la versión cinematográfica con Julie Andrews.
Por otra parte, el director Vicente Albarracín y yo queríamos hacer una Novicia fresca, moderna, divertida, que tuviera impacto en venezolanos de todas las edades (porque es un espectáculo para toda la familia), que motivara su interés. Incluso el de aquellos que dicen ser alérgicos a los musicales.
El diseño de la escenografía intentó responder a ese dilema.

Hay un concepto importante y vigente detrás de la narrativa. La idea de que la música tiene un misterioso poder, capaz de transformarnos como personas, de cambiar la realidad que nos rodea. No es una idea nueva, claro. Nos acompaña desde el mito de Orfeo. Es el principio en el que se basa el Sistema del Dr. Abreu. En La Novicia, desde la frase inicial “the hills como alive to the sound of music” (en nuestra versión, “la música da vida a las montañas”), la música cambia la vida de los personajes. Reivindica a María, alborota la abadía, libera a los niños Von Trapp, humaniza al capitán.
A partir de esa idea-fuerza propusimos un juego teatral. El espacio, los objetos que lo delimitan y los que lo ocupan, cobrarían vida y se moverían con la música que genera la protagonista. De esa manera crearíamos las diversas locaciones que pide el texto pero además crearíamos secuencias de transiciones casi cinematográficas (como si la cámara acompañara la acción) y podríamos reflejar estados de ánimo (entusiasmo, desolación) de los personajes.
Para lograrlo creé una serie de elementos rodantes, caracterizados de manera diferente por cada lado, además de algunos elementos arquitectónicos y telones colgados de la tramoya. Todo movible. La inversión en ruedas de primera calidad (silenciosas, seguras, resistentes) fue altísima!
BOCETOS. haga click sobre las imágenes para verlas a pantalla completa














































































Para operar esos cambios, Vicente sumó al libreto unos personajes de su creación: los Salzburgueses. Un grupo compuesto por bailarines y tramoyistas que serían capaces de mover todo, a vista del público, con precisión musical y exactitud espacial (para cuadrar con el enfoque de la iluminación).
El desafío de una producción pensada de esta manera era tener la escenografía construida a tiempo para ensayar todos los movimientos hasta la perfección en un espacio acorde al tamaño del escenario del Teatro Teresa Carreño. Un esfuerzo titánico en las precarias condiciones en la que trabaja el teatro en Venezuela. El riesgo de fracaso era grande. Paredes chocando, escenas incompletas o torcidas, actores atropellados, retrasos y baches en la acción, todo podía pasar si no se lograba la perfección!
El resultado, al final de un proceso no exento de dificultades, fue feliz. El público disfruta de ver un gran lego cinético en acción. Participa, desde sus butacas, de un juego que es a la vez teatral, musical y plástico.
La gente de teatro con frecuencia decimos que el verdadero espectáculo ocurre en los intermedios y en las transiciones, en el backstage. Ahora le descubrimos todo eso al público.
De cierta manera, esta escenografía es un tributo al teatro, a sus mecanismos y, sobre todo, a sus artífices, los técnicos teatrales
Aquí están los amigos que lo hicieron todo posible,
Construcción: Jesús Alberto Rojas (A-1 Realización), Ramón Pérez Pina (Producciones Setting).
Pintura escénica: Jesús Barrios.
Tallas: Oscar Fernández.
Plantas artificiales: Raymer Díaz, 100% Grama.
Asistentes de utilería y escenografía: Louran Sbarra, Kyra,
Los Salzburgueses:
Montaje: personal del Teatro Teresa Carreño al mando de Luis Marcano Patiño.
Gracias a Luisa Fermín y Miguel Issa, del Teatro Teresa Carreño, por permitirnos el tiempo y el espacio para hacer realidad este montaje.
ENTRADA EN CONSTRUCCIÓN. PRONTO: BOCETO Y FOTOS.

martes, 13 de septiembre de 2011

ÚLTIMA HORA: SE EXTINGUEN LOS DINOSAURIOS. Sobre las exposiciones Mundo Jurásico y Dinosaurios en el Parque.
































Hace un año y pico, en junio del 2010, recibí una llamada de mi amiga Elena Otero, una de las jefas de la firma Evenpro. Me pedía que la asistiera en la producción de una exhibición de dinosaurios animatrónicos que estaban trayendo a Venezuela. Nada de diseño, producción, me aclaraba Elena. La cosa venía complicada por el tamaño del proyecto y por la relación entre los proveedores mexicanos, creadores de los animalitos, y españoles, que habían montado exitosamente la exposición en su país.
A mi el proyecto me encantó desde el principio. 35 dinosaurios de tamaño real, robotizados, con movimientos y sonidos realistas. Yo lo que quería era diseñar una experiencia tan grande, tan intensa, tan envolvente como esa. Afortunadamente entré como productor y, al salir el grupo español de la fórmula, me quedé diseñando.
Durante 15 meses he viajado por toda Venezuela con esta familia de monstruos y sus acompañantes humanos. Hugo Hernández y su equipo de Animatronix de México, que regresaron a Venezuela a programar y retocar sus criaturas en cada remontaje; Freddy Belisario y sus colegas, realizando y montando toda esta locura con el apoyo de Ramón Pérez Pina y Jesús Alberto Rojas (los tres mejores realizadores del país, juntos!); el descubrimiento de Wieslaw Funes, un coordinador de locación graduado de la experiencia del mundo del circo, quien junto a la super diligente Aída Fermín gerenciaron el día a día del evento; Elena Otero al mando, salvándonos siempre de la posibilidad del caos y el desastre que suelen acechar estas operaciones tan complejas en América Latina.
La experiencia en todas partes ha sido apasionante. La logística de los inmensos camiones y containers recorriendo el país, perdiéndose por los caminos, atravesando derrumbes y demás desastres. Grúas con brazos de 12 mts parando el tránsito mientras trasladan por el aire a los animales de los camiones a los locales donde estamos montando. En Caracas la grúa interrumpió un buen rato el tráfico aéreo del aeropuerto de La Carlota. El desafío de crear una exposición en toda clase de locaciones, casi todas centros comerciales no preparados para este tipo de eventos. Nos aprendimos de memoria todos los Centros Sambil y sobrevivimos a sus ferias de comida rápida. Docenas de trabajadores locales, caleteros, asistentes de montaje, electricistas, operadores de montacargas, aprendiendo en cada ciudad cómo se hace el montaje de los dinos y su ambientación. La curiosidad que genera el trabajo entre los vecinos y los peatones de la zona. Las noches y madrugadas de apuros antes de la apertura. Y, por supuesto, la alegría de los días de inauguración. La combinación de terror puro y entusiasmo de los chamos, descubrir la inmensa cantidad de expertos paleontólogos que hay entre ellos. Los padres felices y fastidiosísimos tomando fotos como locos. La gente leyendo cada rótulo con tanto interés.
Calculo que cerca un millón de personas vieron la exposición. Algunos piensan que fueron más. El cierre, en el Parque Los Caobos de Caracas, la única locación al aire libre, rompió toda posibilidad de conteo. Los Caobos es un lugar lleno de magia y misterio. Aquí el tema de la ambientación, que junto con la secuencia del recorrido, fue el foco de mi trabajo, se convirtió en la oportunidad de estudiar el parque y encontrar las mejores oportunidades para ubicar dramáticamente los dinosaurios. Crear sorpresas, generar curiosidad, articular lugares y momentos más intensos con otros más tranquilos. Coincidiendo con las vacaciones, y con el patrocinio de la Alcaldía de Caracas, miles y miles de niños desbordaron nuestras expectativas de asistencia. Me habría encantado abrir la exposición por las noches para jugar con la luz y la oscuridad, la niebla. Hasta tenía la fantasía de incorporar música electrónica para hacer una especie de rave jurásico. Lamentablemente la logística se nos complicaba demasiado.


































Este formato de las exposiciones masivas, con ambientaciones envolventes, teatrales, y recursos técnicos importantes (luz, sonido, video, efectos especiales), utilizando espacios urbanos interesantes, es un camino que me encantaría seguir explorando. Tenemos que rescatar las calles, parque y plazas que nos ha arrebatado la violencia!

Los dinos siguen vivos! Ahora, después de Caracas, Maracaibo, San Cristobal, Barquisimeto y Maracay, van a migrar a Valencia a fines del 2011.

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