domingo, 27 de marzo de 2011

Mensaje del Día Mundial del Teatro 2011.

Hoy celebro el día mundial del teatro haciendo una de las cosas que más me gusta: pasar todo un domingo leyendo, investigando y dibujando para nuevos proyectos, bien acompañado y comiendo demasiado.

Cada 27 de marzo aprovecho para sentirme parte de un movimiento universal trascendente, antiguo e inmortal. Creerme esta ficción, asumir ese papel, me ayuda a sobrevivir tantas necedades que se atraviesan, cual Lestrigones, en nuestro camino creativo. Que si los teatros (los edificios y las instituciones) se están cayendo a pedazos, que estamos atrasadímos en tecnología teatral, que a los factores de poder poder, ni al estado ni a los privados, les interesa la cultura (o que les interesa la anti cultura), que lo que vemos en cartelera me parece con frecuencia banal o aburrido o las dos cosas a la vez, que vivir de esto es casi un milagro. Y sin embargo, los teatreros, teatristas y teatrópatas insistimos en mantener vivos nuestros oficios, en revisarnos para hacernos relevantes, para responder a los desafíos de la historia. Nuestro entusiasmo es invencible. Cuando menos eso hay que celebrarlo.

Al igual que el año pasado, hoy publico el mensaje de nuestro día. En esta ocasión está a cargo de la actriz y dramaturga Jessica A. Kaahwa, de Uganda.


Alegato por un teatro al servicio de la humanidad.

"La celebración de hoy es un reflejo fiel del inmenso potencial que tiene el teatro para movilizar comunidades y tender puentes entre las diferencias.

¿Han imaginado alguna vez que el teatro podría ser una potente herramienta para la paz y la reconciliación?Mientras las naciones consumen sumas colosales de dinero en misiones para la paz en áreas del mundo en violento conflicto, se le presta poca atención al teatro como alternativa individualizada para la transformación y el manejo de conflictos. ¿Cómo pueden los ciudadanos de la Madre Tierra lograr paz universal cuando los instrumentos que se emplean para ello vienen de poderes externos y aparentemente represores?

El teatro permea sutilmente el alma humana atenazada por el miedo y la sospecha, alterando la imagen que tenemos de nosotros mismos y abriendo un mundo de alternativas para el individuo y por consiguiente para la comunidad. Puede dar significado a realidades diarias mientras previene un futuro incierto. Puede tomar parte de la política en formas simples, directas. Al ser inclusivo, el teatro puede presentar experiencias capaces de trascender conceptos pre concebidos erróneos.

Además, el teatro es un medio probado para abogar e introducir ideas que sostenemos colectivamente, y por las que deseamos luchar cuando son violadas.

Anticipando un futuro pacífico, debemos comenzar por usar medios pacíficos que busquen entender, respetar y reconocer las contribuciones de cada ser humano en el proceso de conducir a la paz. El teatro es ese lenguaje universal por el que podemos enviar mensajes de paz y reconciliación."

A Case for Theatre in Service of Humanity
Jessica A. Kaahwa, Uganda

Today’s gathering is a true reflection of the immense potential of theatre to mobilize communities and bridge the divides.

Have you ever imagined that theatre could be a powerful tool for peace and reconciliation? While nations spend colossal sums of money on peace-keeping missions in violent conflict areas of the world, little attention is given to theatre as a one-on-one alternative for conflict transformation and management. How can the citizens of mother-earth achieve universal peace when the instruments employed come from outside and seemingly repressive powers?

Theatre subtly permeates the human soul gripped by fear and suspicion, by altering the image of self – and opening a world of alternatives for the individual and hence the community. It can give meaning to daily realities while forestalling an uncertain future. It can engage in the politics of peoples’ situations in simple straightforward ways. Because it is inclusive, theatre can present an experience capable of transcending previously held misconceptions.

Additionally, theatre is a proven means of advocating and advancing ideas that we collectively hold and are willing to fight for when violated.

To anticipate a peaceful future, we must begin by using peaceful means that seek to understand, respect and recognize the contributions of every human being in the enterprise of harnessing peace. Theatre is that universal language by which we can advance messages of peace and reconciliation.

By actively engaging participants, theatre can bring many-a-soul to deconstruct previously held perceptions, and, in this way, gives an individual the chance of rebirth in order to make choices based on rediscovered knowledge and reality. For theatre to thrive, among other art forms, we must take the bold step forward by incorporating it into daily life, dealing with critical issues of conflict and peace.

In pursuance of social transformation and reformation of communities, theatre already exists in war-torn areas and among populations suffering from chronic poverty or disease. There are a growing number of success stories where theatre has been able to mobilize publics to build awareness and to assist post-war trauma victims. Cultural platforms such as the “International Theatre Institute” which aims at “consolidating peace and friendship between peoples” are already in place.

It is therefore a travesty to keep quiet in times like ours, in the knowledge of the power of theatre, and let gun wielders and bomb launchers be the peacekeepers of our world. How can tools of alienation possibly double as instruments of peace and reconciliation?

I urge you on this World Theatre Day to ponder this prospect and to put theatre forth as a universal tool for dialogue, social transformation and reform. While the United Nations spends colossal amount of monies on peacekeeping missions around the world, through the use of arms, theatre is a spontaneous, human, less costly and by far a more powerful alternative.

While it may not be the only answer for bringing peace, theatre should surely be incorporated as an effective tool in peacekeeping missions.



lunes, 14 de marzo de 2011

Tributo a Los Beatles. Propuesta para el carnaval de Mazatlán, Sinaloa. México, 2011.

Por invitación de mi amigo Víctor Manuel Ruiz, que dirige junto con otra querida amiga, Claudia Lavista, la compañía Delfos Danza Contemporánea (y la Escuela Profesional de Danza Contemporánea) en la ciudad mexicana de Mazatlán, diseñé esta propuesta de un tributo a Los Beatles para el carnaval 2011.
Lo fundamental de la propuesta es un espectáculo multidisciplinario protagonizado por los bailarines de la compañía y la escuela (junto a malabaristas, acróbatas y bailarines aéreos) acompañados por la Orquesta Sinfónica de Sinaloa, el Coro del Teatro Ángela Peralta, una banda de rock, el Quinteto Britania, cantantes líricos y rockeros. La locación es el estadio de Mazatlán, con una audiencia de 15.000 personas.
Haga click sobre las imágenes para verlas ampliadas.

Un paisaje industrial evoca vagamente las entrañas de un submarino amarillo. Torres y plataformas ofrecen oportunidades a acróbatas y bailarines. Escaleras rojas unen los diversos niveles. Las ventanas de los edificios son pantallas LED, al igual que el fondo del escenario, con imágenes inspiradas en la sicodelia. Los tubos (y la escalera central) son traslúcidos y cambian de color a medida que el humo y la iluminación hacen efectos. Dos pantallas laterales ofrecen imágenes referenciales.


La obra de Peter Max (que nunca trabajó para Los Beatles!) es una referencia importante del grafismo de la época.


Al centro, en pleno concierto, se corona a la reina del carnaval! La escalera, bien lo sabemos los mexicanos y los venezolanos, es un elemento de rigor en estos rituales.


Para la segunda parte del espectáculo, un tributo a Queen, el paisaje se torna más urbano, los colores más fríos. Dos backings laterales remarcan la perspectiva. Un poco más Metrópolis la cosa.



La estructura de los niveles ofrece suficiente espacio para un foso de orquesta, gradas para coro, tarimas para la banda. Las rampas laterales ofrecen la posibilidad de aproximarse al público.


El otro componente de la propuesta es una carroza para la reina del carnaval en el desfile central de la festividad, en el malecón. Está inspirada en la canción Lucy in the Sky with Diamonds. Al frente, tres bailarinas se mueven sobre tres diamantes traslúcidos con el cielo pintado en todas sus caras. Dos lámparas enormes simulan los ojos de una extraña criatura.


Más atrás se desarrolla un paisaje con elementos típicos de la sicodelia: flores de celofán y corazones, arco iris, estrellas. Un sol enmarca la presencia de la reina y sus dos princesas.
Debajo del arco iris, hay un bote en un río (otro elemento de la canción) , con remos que se mueven rítmicamente. Los habitantes de la carroza, apartando la reina y las princesas, son alumnos de la Escuela Profesional de Danza Contemporánea.
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