domingo, 27 de noviembre de 2011

AYER ZARPÓ LA NAVE DE CHACAO!


Anoche estuvimos Raymer y yo en la inauguración del Teatro Municipal de Chacao. Fue un sarao importantísimo por varias razones. Estaban los alcaldes que promovieron el proyecto. Leopoldo López, el ex que lo inició y Emilio Graterón, bajo cuyo mandato ahora se inaugura. Impecables, sonrisas blanquísimas, repartiendo abrazos y apretando manos a diestra y siniestra. Más allá de su persona política parecían genuinamente emocionados. Las palabras de Graterón, hablando del espacio de lo posible, de los sueños, de la inclusión, son un compromiso cuyo cumplimiento nos tocará exigir como artistas y ciudadanos. Las avalan el enorme esfuerzo que él y su equipo pusieron durante cuatro años para llegar a este momento feliz. Construir en este país no es fácil. En las circunstancias de una alcaldía crítica al régimen es francamente heroico.
Eso explica la mezcla de júbilo exaltado y alivio que se notaba en las sonrisas de las anfitrionas directas. Diana López, Betsy Cáceres, Gunilla Álvarez, entre las que conozco, de Cultura Chacao. Estaban radiantes! Uno espera que haber sobrevivido a las presiones, incertidumbres y contratiempos de la construcción las haya consolidado como equipo para navegar esta nave magnífica con mano certera y visión amplia.
También explica la expresión de fatiga profunda con la que los arquitectos de ODA, Oficina de Arquitectura, creadores del proyecto, agradecían a sus colaboradores. Provocaba brindarles una sopita caliente.
El público de anoche, formado en buena parte por gente de la música, la danza, el teatro, la arquitectura, vecinos del municipio, amén de los mecenas del proyecto (Banco de Caribe) y los concejales de Chacao, los premió a todos con unos aplausos felices y rotundos. No era para menos.
Nada más entrar a la sala, sentir el olor a madera y alfombra, a obra nueva, me transportó a una noche de 1983 en la que la Orquesta Simón Bolívar hizo la última prueba acústica de la Sala Ríos Reyna del Teresa Carreño. Era la noche antes de que el presidente Herrera inaugurara el teatro y la sala estaba llena de jóvenes artistas. No se de donde salió el impulso pero decidimos en ese momento y lugar que esa era la verdadera fiesta de apertura del teatro. Gritamos y aplaudimos felices, imbuidos de la trascendencia de la ocasión. Y así lo volvimos a hacer anoche.
Es que desde 1983 no se abría un espacio cultural de esta importancia en el país. Hagan memoria. Solo recuerdo la extraordinaria Sala Simón Bolívar del Centro de Acción Social por la Música. Pero esa sala de conciertos no ha sido inaugurada como Dios manda. De hecho se programa de manera casi clandestina, sospecho que por el terror que le tiene el Dr. Abreu al gobierno. Lo entiendo. Ya antes le “expropiaron” la Sala Ribas del Teresa Carreño (que hoy languidece sin bombillos en sus reflectores). Asumo que el maestro no quiere poner en peligro su legado.
Pero qué fastidio tener que hablar de miserias políticas la mañana después de una fiesta tan memorable!
La Orquesta Juvenil de Chacao demostró con un solo y certero golpe de Tchaikovski y Shostakovich, su sonoridad y la de la sala. Perfectas ambas. La textura de las cuerdas, la claridad de los metales, la sensación física de la percusión! Volamos con esos rusos y seguimos volando con la filigrana de una Fuga con Pajarillo de Aldemaro Romero, con unos solos de arpa, maraca y cuatro dignos de Paganini o Jimi Hendrix. No digo más. Fue la mejor manera de lucir el instrumento bien temperado que es la sala. O si digo. Digo que ojalá veamos en ese escenario la coreografía que hizo para esa música el gran Vicente Nebrada.
Colmó la noche Soledad Bravo, que nos unió a su voz, cálida como siempre, como un gran coro.
Afuera, una multitud que se quedó sin entrar vio todo en pantallas. A medida que salíamos por las puertas del lado oeste, ese público entraba por las del este. La sala no cerró esa noche hasta que todo el que quería entrar a verla entró y la vio. Mientras tanto, en los espacios alternos, Muu Blanco pinchó electrónica, Convenezuela joropeó, y en la Caja vimos una instalación de Julio Pacheco Rivas.
No se me ocurre una mejor manera de lanzar una nave. Teatro Municipal de Chacao: que el viento siempre hinche tus velas!


























































todas las imágenes son cortesía de ODA, oficina de arquitectura.

En una entrada anterior, "Barroco de Chacao", pueden ver una propuesta para el nuevo teatro.
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